EL STATU QUO
La mayor parte del chocolate que comemos actualmente está fabricado por grandes empresas, que dominan casi el 70% del mercado.
El objetivo de estas empresas no es preservar la calidad del cacao sinó producir grandes cantidades de chocolate, al menor coste posible.
¿El resultado? Productos de chocolate homogéneos que eliminan todo el potencial gustativo del cacao para así conseguir que todos los productos sean iguales y tengan el mismo gusto; sin matices ni diferencias.
EL FUTURO
Al igual que las uvas en el vino, las aceitunas en el aceite o los granos de café, el cacao es un producto agrícola que almacena los rasgos singulares de su terroir: el tipo de suelo, la lluvia, los árboles que le rodean, etc.
Por eso, dependiendo del origen, la variedad y el lugar donde se cultiva, el grano de cacao tiene sabores y matices distintos.
Pero el origen y la variedad del cacao no lo son todo. Si queremos conseguir un chocolate extraordinario hay que cuidar cada paso de la cadena de producción: desde el árbol de cacao hasta el producto final.
Si el proceso se enfoca a la calidad, obtendremos productos de chocolate de alta calidad diseñados para resaltar los sabores únicos de cada grano de cacao y experimentar la complejidad de sabores características de cada una de las diferentes regiones y países.
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